sábado, 5 de febrero de 2022

Trágico combate


      «La mente busca lo muerto pues lo vivo se le escapa; quiere cuajar en témpanos la corriente fugitiva, quiere fijarla. Para analizar un cuerpo, hay que menguarlo o destruirlo. Para comprender algo hay que matarlo, enrigidecerlo en la mente. La ciencia es un cementerio de ideas muertas, aunque de ellas salga vida. También los gusanos se alimentan de cadáveres. Mis propios pensamientos tumultuosos y agitados en los senos de mi mente, desgajados de su raíz cordial, vertidos a este papel y fijados en él en formas inalterables, son ya cadáveres de pensamientos. ¿Cómo pues, va a abrirse la razón a la revelación de la vida? Es un trágico combate, es el fondo de la tragedia, el combate de la vida con la razón».

Fragmento de Del sentimiento trágico de la vida 
(Miguel de Unamuno) 

(Pintura elegida: Sombras que guían la luz, de Israel Zzepda)



      Y de ese combate, de esa desesperación que nos hace oler la muerte en cada pedazo de nuestra conciencia, surge luego la necesidad solidaria de una esperanza. El combate como origen moral de nuestra condición humana; eso dice Unamuno. Así sucede siempre, porque todo tiene sentido desde la única realidad originaria de la evolución de las ideas, de la lucha de sentimientos y del devenir íntimo del ser humano: la complementariedad, el yo y sus contrarios. 

Nunca podría elegir entre el corazón y la razón. 
Madrid no sabe, no contesta. Solamente comprende.
Pero sé que también se queda con los dos.

Aránzazu.

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