Señorita Mouthless
Axiomas inmemoriales de una muñeca encerrada voluntariamente en una mazmorra. Cine, literatura y música. O de cómo supeditar un sexto sentido a la dinámica de las otredades. Notas, impresiones, cultos y demás tribulaciones de muñecas malcriadas. Y una ciudad que sucede.
domingo, 11 de septiembre de 2022
«Le trou» (Jacques Becker, 1960)
martes, 1 de marzo de 2022
El más disparatado pero leal emisario
| (Fotografia tomada del archivo de Cielo Naranja*) |
*En la fotografía podemos ver:De pie, de izquierda a derecha: Eduardo J. Bullrich, Jorge Luis Borges, Francisco Romero, Eduardo Mallea, Enrique Bullrich, Victoria Ocampo y Ramón Gómez de la Serna.Sentados, de izquierda a derecha: Pedro Henríquez Ureña, Norah Borges, Oliverio Girondo, María Rosa Oliver, Ernest Ansermer y Guillermo de Torre.
domingo, 6 de febrero de 2022
Nuestro corazón reparte los acentos
«La verdad, lo real, el universo, la vida -como queráis llamarlo- se quiebra en facetas innumerables, en vertientes sin cuento, cada una de las cuales da hacia un individuo. Si éste ha sabido ser fiel a su punto de vista, si ha resistido a la eterna seducción de cambiar su retina por otra imaginaria, lo que ve será un aspecto real del mundo. Y viceversa: cada hombre tiene una misión de verdad. Donde está mi pupila no está otra; lo que de la realidad ve mi pupila no lo ve otra. Somos insustituibles, somos necesarios. Dentro de la humanidad cada raza, dentro de cada raza cada individuo es un órgano de percepción distinto de todos los demás y como un tentáculo que llega a trozos de universo para los otros inasequibles. La realidad, pues, se ofrece en perspectivas individuales. Lo que para uno está en último plano, se halla para otro en primer término. El paisaje ordena sus tamaños y sus distancias de acuerdo con nuestra retina, y nuestro corazón reparte los acentos. La perspectiva visual y la intelectual se complican con la perspectiva de la valoración».
Fragmento de las crónicas de El Espectador
(José Ortega y Gasset, 1916-1935)
(Ilustración: Ashes of humanity, de ~voodoomind) |
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Somos el epicentro del paisaje. Servimos de espejo a una realidad conmensurable y atada a unas coordenadas implacables e inherentes al tiempo. El propio. Y nuestra víscera más voluntarista —el corazón— no podrá nunca abarcar la verdad ni el conocimiento supeditado a una distancia impresa en nuestros genes.
sábado, 5 de febrero de 2022
Trágico combate
| (Pintura elegida: Sombras que guían la luz, de Israel Zzepda) |
jueves, 15 de noviembre de 2018
Un barquito de papel circulando por las tuberías de una gran ciudad
«Porque hay preguntas que sólopueden responderse a golpes».
«Con mi pena tartesiame compongo, pleno de dudas,y la necesidad de tragarme una escopeta».
«El hombre meteorito, el hombre acémila,
con su pulga mayúscula deambula
hecho de firmamento y suela de zapato
por enteros océanos, no va
a ningún desierto sin paraguas.
Minoría descomunal
este hombre compuesto
de horizonte desnudo que pierde la memoria.
Tanta altura brillante
o
lágrima de arena
se acabará algún día,
y fijaremos nuestra residencia
en la primera duna que veamos
por riguroso orden de resurrección.
Amo por tanto su neurona triste».
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| (Imagen tomada de la página del libro en Facebook) |
martes, 13 de noviembre de 2018
Un desencanto atemperado por la imaginación
martes, 16 de diciembre de 2014
¿Estás dispuesto a ser un héroe?
Aránzazu.
Fragmentos de Meditaciones del Quijote, de Ortega y Gasset (1914):
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| (Imagen: Clinging to Hope, de la artista Aimee Stewart) |
Existen hombres decididos a no contentarse con la realidad. Aspiran los tales que las cosas lleven un curso distinto: se niegan a repetir los gestos que la costumbre, la tradición, y en resumen, los instintos biológicos les fuerzan a hacer. Estos hombres llamamos héroes. Porque ser héroe consiste en ser uno, uno mismo. Si nos resistimos a que la herencia, a que lo circunstante nos impongan unas acciones determinadas, es que buscamos asentar en nosotros, y sólo en nosotros, el origen de nuestros actos. Cuando el héroe quiere, no son los antepasados en él o los usos del presente quienes quieren, sino él mismo. Y este querer ser él mismo es la heroicidad. No creo que exista especie de originalidad más profunda que esta originalidad «práctica», activa del héroe. Su vida es una perpetua resistencia a lo habitual y consueto. Cada movimiento que hace ha necesitado primero vencer a la costumbre e inventar una nueva manera de gesto. Una vida así es un perenne dolor, un constante desgarrarse de aquella parte de sí mismo rendida al hábito, prisionera de la materia».



